Luna llena
miércoles 27 de mayo de 2009
© Sergio Plou
Artículos 2009

    De vez en cuando las noticias se amontonan sobre la mesa formando un sospechoso cúmulo de arbitrariedades. En época electoral, por ejemplo, los políticos hablan más de la cuenta. Una circunstancia que al común de los mortales nos parece imposible —darle a la lengua hasta el extremo de hacerse sangre— a sujetos como Miguel Ángel Rodriguez, antiguo director del partido impopular, le resulta algo natural. Aparte de soltar perlas en su blog, como aquella de que «un feto es un ser vivo pero no es un ser humano» (¿acaso habla de ranas o de ciempiés?), acaba de comentar últimamente en un entradilla titulada «la exaltación de lo vulgar» que «la izquierda es feliz haciendo series de homosexuales afectados y de putillas graciosas».
    Como este mengano cada vez que abre el pico está sembrado, no me extrañaría que con el paso del tiempo, igual que ocurrió con Jorge Vestringe, descubriésemos que es socialista. Sin estas carrozas que luce el PP —copiando el estilo lenguaraz de Federico M. Losantos—, sería improbable que pudiese triunfar Peta Zeta en las urnas. Así que lo mismo está a sueldo, porque llega un momento en que no se comprende tanta sandez. Que el presidente de gobierno utilice aviones militares para ir de mitin en mitin, como hacía Alfonso Guerra con el Mistère, pasará siempre desapercibido mientras haya un conservador merluzo yéndose de la boca y demostrando, gracias a su agudo talante centrista, que es muy difícil montárselo peor. Pobre gente. Y luego dirán que les roban las elecciones o que les guardan inquina.
    Otros que no se pueden aguantar, cuando les ponen un micro delante, son los curas de ringorrango. El cardenal prefecto (de una congregación denominada por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos),  un tal Cañizares,  y de nombre Antonio,  acaba de pedir perdón por los abusos a menores que se han cometido en la iglesia católica. Pero —atención— en la iglesia católica «irlandesa», que lo que ocurra aquí es harina de otro costal. Y como después de pedir perdón hay que seguir en la brecha, soltó también que, por supuesto, lo que pase en unos cuantos colegios no es comparable con los millones de vidas destruídas por el aborto. Igual me equivoco, pero cabe la probabilidad de que en el ánimo de este monseñor circule una idea muy peregrina: tal vez crea que hablando así logrará que los contribuyentes le regalen un aspa en la declaración de Hacienda.
    Y para cubrir de gloria esta jornada de Luna llena nos hemos almorzado con un par de noticias judiciales subiditas de tono. Mientras la tercera en la lista conservadora al parlamento europeo afirmaba muy ufana —a raíz de la legalización de un partido abertzale— que no guarda ningún respeto por el Tribunal Constitucional, el propio Tribunal Supremo ha llegado al cénit de admitir a trámite una querella nazi contra el juez Garzón, al que los fachas —por todo el guirigay de la Memoria Histórica— acusan de ser el malandrín más prevaricador de cuantos existen. Es chocante, pero con una rapidez digna de mejor drama, los conservadores salieron esta vez a la palestra para calificar de valiente y arriesgada la decisión de los jueces.
    Estas mentalidades dan tan malas vibraciones que prefiero pensar que sólo pueden ser fruto del repentino regreso del cierzo. O de la flamante Luna llena que se despliega por la noche en este cielo primaveral. Comprendo que caigan los árboles en la calzada y que tengan que ir corriendo los bomberos zaragozanos a convertirlos en leña con una motosierra. Lo que es más difícil de explicar es que desalojen un metro en Madrid porque a un guardia de paisano se le hayan cruzado los cables y pistola en mano, al borde de un ataque de nervios, sufra una crisis de ansiedad. Todos somos humanos, pero no es plan.

Articulos
Primeras Publicaciones 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 — 2001 2007 2008 2009 2010 2011        
Cronicas Críticas Literarias Relatos Las Malas Influencias Sobre la Marcha La Bohemia La Flecha del Tiempo